miércoles, 6 de abril de 2011

NO TODO SON VERRUGAS NI BRUJAS


Por tiempos inmemoriales, las abuelas han recurrido a historias llenas de magia y misterio para mantener la atención de los niños, en estas historias, las brujas se caracterizan por tener una verruga en la nariz. Así, en todos mis dibujos infantiles al personaje malvado le ponía una prominencia redondeada en la cara, de la que a veces salían algunos pelos. Pero de las verdaderas verrugas, no salen pelos.

Haciendo un viaje sin mapa por la memoria de mi infancia y recordando las innumerables ocasiones en las que he tenido que explicar en la consulta la diferencia entre una verruga vulgar y un nevus o lunar, apareció la idea para este post.

¿Qué es una verruga?
Son tumoraciones benignas de las capas superiores de la piel y mucosas, causadas por el virus del papiloma humano. Es decir una enfermedad contagiosa, más frecuente en niños y jóvenes. Se adquieren tras el contacto con personas que las padezcan y también por autocontagio.
¿Qué es un lunar?
Es una tumoración benigna no infecciosa provocada por un acumulo de células, concretamente los melanocitos, que son los que dan el color a la piel. También se llaman nevus. Aunque todos tenemos algún nevus, algunas personas tienen más tendencia a tener un mayor número de ellos. Suelen aparecer a partir de los 20 años y van cambiando con el paso de los años, sobre todo los de la cara.
¿Cómo evolucionan las verrugas?
Pueden desaparecer solas sin dejar cicatriz después de un tiempo variable entre semanas y años. Cuando se inflaman, suele indicar una reacción defensiva del organismo frente a la infección. En los adultos las verrugas genitales aumentan el riesgo de carcinomas y deben tratarse siempre.
¿Y los lunares?
Pueden cambiar durante la pubertad, el embarazo y al darles el sol, aumentando de tamaño y pigmentándose. Aunque estos pueden ser cambios normales, siempre deben consultarse con el dermatólogo por el riesgo que tienen algunos de malignizarse.
¿Cómo tratamos las verrugas?
Al ser una patología infecciosa autolimitada, no esta justificado el realizar tratamientos muy agresivos que dejen cicatrices, es mejor un tratamiento conservador, en función del número y la localización. Si tardan en desaparecer podemos usar productos que las ablandan para disminuir su tamaño. También se puede recurrir a tratamientos con crioterapia, bisturí eléctrico o láser. Nunca debemos tratarnos una verruga por nuestra cuenta sin saber antes con seguridad lo que es, a veces pueden ser tumores verruciformes.

Cuando era una niña, mi abuela me contaba historias de brujas, ogros y del famoso hombre del saco. Mi abuela que se había quedado viuda durante la guerra con tan solo veinticuatro años y dos niños pequeños, era una mujer temerosa y valiente a la vez. A pesar de la precariedad de su situación, consiguió salir adelante montando un taller de corte y confección en el salón de su casa, y de ahí posiblemente me viene el gusto por las costuras.

Tras enviudar vivió sola con sus hijos y la compañía de las vecinas que como en todos los pueblos siempre están cuando se las necesita. Me contaba que antes de dormirse miraba debajo de las camas, por si había alguien escondido y cuando mi padre fue algo mayor, le hacia mirar a él, muchas veces engañándole con la excusa de buscar las zapatillas que previamente había empujado allí debajo.

En mi memoria prevalece la época anterior a su muerte. Era una mujer legendaria, más preocupada del otro mundo que de este, capaz de convertir cualquier actividad en una aventura. Para hacernos seguir al pie de la letra todas sus instrucciones, solo tenía que mirarnos fijamente con sus ojos azul turquesa y nos dejaba clavados en el sitio.

Cuando fue intervenida de una lesión en la cara, mi curiosidad por la medicina fue más fuerte incluso que el miedo al castigo y una tarde escondida en una alacena, me dediqué a operar a varias de mis muñecas, el resultado cuando por fin dieron conmigo, era: una abierta en canal y otra operada de cataratas.


1 comentario:

  1. Me ha gustado mucho tu blog, y tu forma de darle un aire literario a la ciencia... ¡Enhorabuena! :D Tu abuela tuvo que haber sido una gran mujer.

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